27.10.04

Sade

Últimamente he sentido un gran poder de atracción por la literatura que te haga sentir, que te toque con cada letra, una literatura incendiaria, esas líneas que son para leer y compartir.

Y es que he encontrado que no hay cosa más divertida que quedarme en casa sola, sacar un librillo prohibido de cuentos y prosa eróticas, y mientras el calor va surgiendo del centro de mi cuerpo, espero ansiosamente escuchar los pasos de Héctor acercándose, llegando en le momento justo para tenerlo al lado y leerle cada párrafo, hacerlo vivir la lectura.

Genios, solo Sade pudo haber plantado en letras lo majestuoso del clímax, letra tras letra va encendiendo al pasión que una vez los mojigatos decidieron quemar. Pero la pasión de Sade superó el fuego de los clérigos erectos y deseosos, ¿quién no siente la sangre correr con brío al tener roces de la piel que desea?.

Y me encanta ver Héctor escuchando unas cuantas líneas, viviendo cada palabra, haciendo que la lectura se convierta en realidad en nuestra habitación. Les recomiendo este tipo de lectura, rica, excitante y sustentosa... para leer solos y comentar juntos.

Samantha.

No hay comentarios.: